Amistad y Esperanza

Es hora de actuar. La Humanidad está en una seria crisis, y no es posible permanecer pasivos. Ya Erich Fromm nos advertía en su clásica obra “¿Tener o ser?” :

Vivir correctamente
ya no es sólo una demanda ética o religiosa.
Por primera vez en la historia,
la supervivencia física de la especie humana
depende de un cambio radical del corazón humano.

Existen múltiples formas de colaborar para el logro de un mundo donde el respeto a la dignidad del ser humano sea su epicentro.

Esta dignidad no debe ser vista, solamente, con el rostro de la Libertad o de la Igualdad. No se trata de imponer posiciones ideológicas, en una orientación u otra.

El norte, debería ser lograr la conciliación entre ambas, Libertad e Igualdad, y para ello se requiere de particulares atributos de la sociedad toda.

Quizás la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 resuma, de la manera más acertada, la situación planteada. Así, en su Artículo 1º luego de expresar que todos los seres humanos "nacen libres e iguales en dignidad y derechos" hace alusión al necesario comportamiento fraternal de los unos con los otros, originado en la dotación de razón y conciencia de las personas.

Existe un largo trecho entre las declaraciones de los derechos humanos y su cumplimiento. Con acierto indica Fernando Savater, que el siglo XXI debe ser el de la vigencia efectiva de los derechos humanos.

Creemos en la Amistad, como cimiento de una sociedad incluyente, equilibrada, que promueva tanto la Libertad como la Igualdad. La Amistad implica la existencia de unos valores compartidos, como los indicados, que le dan el aliento necesario a las causas comunes.

La Amistad es un instrumento, de excepcional importancia, para la generación de Esperanza.

En la medida que promueva el respeto, la tolerancia e inclusión, se estará abonando terreno para un mundo que logre conciliar la Libertad con la Igualdad.